El Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Registraduría Nacional del Estado Civil avanzan en la implementación de nuevas herramientas tecnológicas y ajustes logísticos para las elecciones legislativas (8 de marzo) y presidenciales (31 de mayo de 2026), con el objetivo de fortalecer la transparencia, mejorar la seguridad de la identificación de votantes y garantizar la integridad del proceso.
Una de las innovaciones más relevantes es la incorporación de tecnología biométrica facial y dactilar en las urnas, que permitirá verificar la identidad de los votantes directamente en el puesto de votación. La Registraduría informó que planea equipar entre 60.000 y 65.000 mesas de votación con estos mecanismos, superando ampliamente las cifras de procesos anteriores, donde solo unas 25.000 contaban con algún tipo de biometría.
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Este tipo de tecnología busca prevenir la suplantación de identidad, y se complementará con sistemas de autenticación dactilar ya existentes. La biometría facial ha sido probada en procesos piloto en elecciones locales y consultas previas.
Además de la verificación de identidad, la Registraduría prepara sistemas para digitalizar todas las actas electorales (E-14) de las elecciones de Congreso y presidencia. Más de 700.000 actas de Congreso y cerca de 360.000 actas de presidencial estarán disponibles digitalmente para consulta y comparación pública, lo que permite contraste directo con el preconteo divulgado oficialmente.
Para facilitar la participación de colombianos en el exterior, la Registraduría habilitó herramientas digitales que utilizan biometría facial para permitir la actualización del puesto de votación o inscripción desde sus países de residencia, medida que busca ampliar la participación electoral y brindar seguridad sobre la identidad de los votantes.
Los ajustes también contemplan la capacitación de jurados de votación, la estandarización de formularios, la organización de puestos de votación y la articulación logística con entidades de seguridad y observación internacional. En ese sentido, la Registraduría ha iniciado la denominada Ruta Segura para las Elecciones 2025-2026, un plan conjunto con la Policía Nacional y organismos de control enfocado en garantizar la seguridad física y tecnológica del proceso.
Por su parte, el CNE está afinando normas de escrutinio y verificación de resultados, con resoluciones que clarifican roles de testigos electorales y mecanismos de reclamación durante el conteo, así como el control de gastos de campaña y supervisión del financiamiento político, con el fin de reducir incertidumbres jurídicas y sanciones por irregularidades reportadas en procesos recientes.
La adopción de biometría facial y la digitalización masiva de actas no solo buscan mejorar la seguridad, sino también garantizar que los resultados reflejen fielmente la voluntad popular y que el proceso sea auditable en cada etapa.
